miércoles, 12 de octubre de 2016

Actividad física y nutrición

Para poder iniciar una actividad física es primordial que nuestro organismo se alimente de manera adecuada.
La alimentación es un proceso voluntario y consciente por el que se elige un alimento determinado y se come. A partir de este momento empieza la nutrición, que es el conjunto de procesos por los que el organismo transforma y utiliza las sustancias que contienen los alimentos ingeridos.
Una buena alimentación no puede sustituir un entrenamiento incorrecto o una forma física regular, pero, una dieta inadecuada puede perjudicar el rendimiento en una persona que realiza correctamente una actividad física reglada.


La nutrición en la actividad física es básica para que nuestro rendimiento sea óptimo. El combustible principal serán los carbohidratos y las proteínas repartidas en función del momento del día y del inicio o finalización de nuestra actividad física.
La alimentación adecuada genera una reserva de glucógeno en nuestras células que nos permita rendir en el momento de la actividad física y poder hacerlo al máximo, favoreciendo posteriormente su recuperación después de realizar la actividad.


Previa a la actividad física
Es imprescindible ingerir alimentos de rápida absorción (azúcares) ya que evita que nos sintamos hambrientos, nos ayuda a prepararnos mentalmente para el evento y nos suministra energía para los músculos.
Durante la actividad física…
Puedes consumir alimentos de rápida absorción ricos en proteínas (frutos secos), fibra y cereal (galletas, barritas energéticas) o azúcares simples (zumos o bebidas energéticas ricas también sales minerales).
Posteriormente a la actividad física…
Los alimentos ricos en carbohidratos son esenciales para reemplazar las reservas de energía del músculo. Estos alimentos conjuntamente con las proteínas deben consumirse durante los 30 minutos posteriores a la práctica de la actividad física.
Junto con los combustibles, los fluídos también deben reemplazarse antes, durante y después del ejercicio para evitar la deshidratación y mejorar la recuperación de la fatiga de nuestro organismo.
Además, hay otros factores que condicionan los requerimientos energéticos (calóricos) de cada uno de nosotros:
- intensidad y tipo de actividad,
- duración del ejercicio,
- edad, sexo y composición corporal,
- temperatura del ambiente,
- grado de entrenamiento.


El rendimiento de nuestra actividad física será óptimo cuando nuestro cuerpo se halle preparado por dentro (gracias a la alimentación e hidratación) y por fuera (a través de buenas pautas de entrenamiento).

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