Para poder iniciar una actividad física es primordial que
nuestro organismo se alimente de manera adecuada.
La
alimentación es un proceso
voluntario y consciente por el que se elige un alimento determinado y se come.
A partir de este momento empieza la nutrición,
que es el conjunto de procesos por los que el organismo transforma y utiliza
las sustancias que contienen los alimentos ingeridos.
Una buena
alimentación no puede sustituir un entrenamiento incorrecto o una forma física
regular, pero, una dieta inadecuada puede perjudicar el rendimiento en una
persona que realiza correctamente una actividad física reglada.
La nutrición en la
actividad física es básica para que nuestro rendimiento sea óptimo. El
combustible principal serán los carbohidratos y las proteínas repartidas en
función del momento del día y del inicio o finalización de nuestra actividad
física.
La alimentación adecuada genera una reserva de glucógeno en
nuestras células que nos permita rendir en el momento de la actividad física y
poder hacerlo al máximo, favoreciendo posteriormente su recuperación después de
realizar la actividad.
Previa a la actividad física …
Es imprescindible ingerir alimentos de rápida absorción
(azúcares) ya que evita que nos sintamos hambrientos, nos ayuda a prepararnos
mentalmente para el evento y nos suministra energía para los músculos.
Durante la actividad física…
Puedes consumir alimentos de rápida absorción ricos en
proteínas (frutos secos), fibra y cereal (galletas, barritas energéticas) o azúcares
simples (zumos o bebidas energéticas ricas también sales minerales).
Posteriormente a la actividad física…
Los alimentos ricos en carbohidratos son esenciales para
reemplazar las reservas de energía del músculo. Estos alimentos conjuntamente
con las proteínas deben consumirse durante los 30 minutos posteriores a la
práctica de la actividad física.
Junto con los combustibles, los fluídos también deben
reemplazarse antes, durante y después del ejercicio para evitar la
deshidratación y mejorar la recuperación de la fatiga de nuestro organismo.
Además, hay otros
factores que condicionan los requerimientos energéticos (calóricos) de cada uno
de nosotros:
- intensidad y tipo
de actividad,
- duración del
ejercicio,
- edad, sexo y
composición corporal,
- temperatura del
ambiente,
- grado de
entrenamiento.
El rendimiento de
nuestra actividad física será óptimo cuando nuestro cuerpo se halle preparado
por dentro (gracias a la alimentación e hidratación) y por fuera (a través de
buenas pautas de entrenamiento).
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